Nací con la incertidumbre abrazada a mis pies. No sé si debería decir nací, pues en mi caso el significado de esa palabra en sí misma no sería la más adecuada. O mejor debo decir aparecí. No. Mejor dejémoslo así, unas líneas más abajo usted sabrá el por qué, y cuando digo usted me refiero a usted, el que está leyendo esto. El hecho de no tener control sobre mis propios actos, sobre mi vida (no sé si esto sea vida), me desequilibra totalmente. Es más, hasta cierto punto, noto que mis sentimientos no son del todo míos, la mayor parte pertenecen al que escribe estas palabras. Sí. A ese, al manipulador de ideas y pensamientos, al que juega con mi existencia y me hace cometer actos que no quiero hacer. Sí, porque en el fondo muchas veces no estoy de acuerdo con él. Reconozco que hay algo de originalidad en su forma de escribir, pero eso no le quita la indolencia ni la frialdad con que resuelve hechos que a veces se...